Estimado Sr. X de la Empresa Y.
Usted es el n-ésimo (n >> 0) representante de una organización comercial, diciendo proveer educación y entrenamiento para el profesional en computación, que solicita mi cooperación. Y por n-ésima vez mi respuesta es "No".
Una muestra de su catálogo de servicios indica que probablemente más de la mitad de sus cursos apuntan a enseñar como vivir con -o inclusive: ¡cómo migrar a!- productos de IBM. Pueden representar "entrenamiento", pero no puedo llamarlos "educación". El problema de cómo hacer cosas útiles con productos de IBM me parece, de hecho, severo -esta, al menos, es la única conclusión a la que puedo arribar dada la gran cantidad de cursos que su rentable empresa dedica a sus numerosos aspectos-, pero el problema parece más evadido que resuelto. (¿Qué le parecerían cursos sobre como migrar de productos de IBM?) Los errores industriales no son sacrosantos sólo porque se cometan en gran escala. Desde un punto de vista educativo, su organización está está rayando -o ha traspasado- el límite de la fraudulencia, y su invitación a cooperar con vuestro emprendimiento puede, por lo tanto, ser interpretada como un insulto.
Quizás a modo de tentación, usted lista los nombres de las "celebridades" de este circo educativo, a cuyas filas podría unirme de cooperar con su empresa. (¡Podría tener inclusive mi foto reproducida en su próxima carpeta! ¡Que divertido!) Conozco a muchos de ellos. Cuando se me envían sus trabajos, los dejo tirados por ahí en mi oficina en la Universidad, para el asombro de mis visitantes: usualmente quedan estupefactos al ver que cosas tan superficiales no solamente son impresas, sino inclusive hasta vendidas. Me gustaría que entendiera que existe una escala de valores, de acuerdo a la cual su invitación a unirme a esa pandilla es no menos que un insulto.
Sin denegar ninguna responsabilidad por esta carta, debo hacer la aclaración de que es todo culpa de mi esposa. Cuando le pregunté si a ella le gustaría estar casada con un millonario, inmediatamente su respuesta fue "¡Por favor, no!". Cuando me preguntó a qué venía la pregunta, le expliqué acerca del "circo educativo" -¿recuerda el veredicto de Barnum?. Gentilmente me dijo: "Por favor, trata de no ser demasiado rudo cuando respondas a ese tipo". He hecho lo mejor que he podido; su único error es que ella no se casó con un gigoló.
Nunca suyo,
prof. dr. Edsger W. Dijkstra
Bueno, realmente le escribí:
Estimado Sr. X,
gracias por su carta de ... . El material adjunto me indicó que no soy un orador apropiado para el público propuesto, y por lo tanto he concluido que debo declinar sus invitaciones.
Sinceramente,
prof. dr. Edsger W. Dijkstra
Investigador Asociado de Burroughs
Plataanstraat 5
5671 AL NUENEN
Holanda
Traducción: Javier Smaldone.
Última revisión: 1 de agosto de 2006.