Capítulo 13. Continuando con la lucha

Para Richard Stallman, el tiempo puede no curar todas las heridas, pero si es un aliado muy conveniente.

Cuatro años después de "La Catedral y el Bazar", Stallman todavía sigue rumiando la crítica de Raymond. También se queja de la elevación de Linus Torvalds al papel del hacker más famoso del mundo. Para ello recuerda una camiseta muy popular que comenzó a aparecer en las conferencias de Linux alrededor de 1999. Diseñada para imitar el afiche pormocional orginal de la Guerra de las Galaxias, la camiseta muestra a Torvalds blandiendo un sable de luz como Luke Skywalker, mientras que la cara de Stallman se encuentra sobre R2D2. La camiseta aún destroza los nervios de Stallman, no sólo porqué lo ubica e él en el papel de segundón de Torvalds, sino también porqué otorga a Torvalds el papel de líder de la comunidad del software libre/ de fuente abierta, un papel que Torvalds mismo es renuente a aceptar. "Es irónico", dice Stallman lamentándose. "Levantar la espada es exactamente lo que Linus se rehusa a hacer. El logra que todo mundo se concentre en el como el símbolo del movimiento, pero luego no pelea. ¿Para que sirve entonces?

Una vez más, es esa misma renuencia a "levantar la espada", por parte de Torvalds, la que ha dejado la puerta abierta para que Stallman recupere su reputación como el árbitro ético de la comunidad hacker. A pesar de sus lamentos, Stallman tiene que admitir que los últimos años han sido buenos tanto para el como para su organización. Aunque fue relegado a la periferia por el éxito imprevisto de GNU/Linux, Stallman ha sido capaz de recuperar la iniciativa con éxito. Su calendario de charlas entre Enero del 2000 y Diciembre del 2001 incluyó paradas en seis continentes y visitas a países en los que la noción de libertad de software tiene consecuencias importantes --China e India, por ejemplo.

Fuera del púlpito, Stallman también ha aprendido a utilizar su poder como autor y defensor de la Licencia Pública de GNU (más conocida como la GPL (GNU General Public License). Durante el verano del 2000, mientras el aire escapaba rápidamente de la burbuja bursátil de Linux de 1999, Stallman y la Fundación para el Software Libre se anotaron dos victorias importantes. En julio del 2000, Troll Tech, una compañia de software noruega, desarrolladora de Qt, un valioso conjunto de herramientas gráficas para el sistema operativo GNU/Linux, anuncio que iba a licenciar su software bajo la GPL. Unas pocas semanas mas tarde, Sun Microsystems, una compañía que hasta entonces había intentado montarse al tren del código de fuente abierta, sin entregar del todo su código, anunció que iba a licenciar de manera doble la nueva aplicación de oficina OpenOffice bajo la Licencia Pública Leve de GNU (Lesser GNU Public License o LGPL) y la Licencia de Estándares de la Industria de Sun (Sun Industry Standards Source License o SISSL).

Detrás de cada victoria estaba el hecho de que Stallman había hecho poco para pelear por ellas. En el caso de Troll Tech, Stallman simplemente había jugado el papel de pontífice del software libre. En 1999 la compañía había creado una licencia que cumplía las condiciones establecidas por la Fundación para el Software Libre, pero examinandola de manera mas detenida, Stallman detectó incompatibilidades legales que harían imposible incluir Qt con programas protegidos por la licencia GPL. Cansada de enfrentarse a Stallman, la gerencia de Troll Tech finalmente decidió dividir Qt en dos versiones, una protegida por la GPL y otra protegida por la QPL, dándoles a los desarrolladores una manera de rodear los problemas de compatibilidad citados por Stallman.

En el caso de Sun, ellos deseaban jugar de acuerdo a las reglas de la Fundación para el Software libre. En la Conferencia de Open Source de O'Reilly, en 1999, el cofundador y jefe científico de Sun Microsystems, Bill Joy defendió la licencia de "fuente comunitaria" (community source) de su compañía, que no era más que un compromiso diluido que permitía a los usuarios copiar y modificar software de propiedad de Sun, impidiéndoles cobrar dicho software sin antes negociar un acuerdo de regalías con Sun. Un año después del discurso de Joy, el vicepresidente de Sun Microsystems, Marco Boerries se encontraba en el mismo escenario explicando el nuevo compromiso de licenciamiento en el caso de OpenOffice, un grupo de aplicaciones de oficina diseñado específicamente para el sistema operativo GNU/Linux.

"Lo puedo deletrear con tres letras", dijo Boerries. "GPL."

En ese momento, Boerries dijo que la decisión de su compañía tenía muy poco que ver con Stallman y estaba mas relacionada con el momentum de los programas protegidos por la GPL. "Básicamente reconocimos que diferentes productos atraen a diferentes comunidades, y la licencia que usemos depende del tipo de comunidad que queramos atraer", dijo Boerries. "Con [OpenOffice], era claro que teníamos la mayor correlación con la comunidad GPL." [1]

Comentarios así muestran la poco reconocida fuerza de la GPL e, indirectamente, el genio político del hombre que desempeñó el papel mas importante en su creación. "No hay ningún abogado sobre la faz de la tierra que hubiera escrito la GPL tal como es", dice Eben Moglen, profesor de leyes de la Universidad de Columbia y consejero general de la Fundación para el Software Libre. "Pero funciona. Y lo hace gracias a la filosofía de diseño de Richard."

El trabajo de Moglen, un antiguo programador profesional, con Stallman se remonta a 1990, cuando Stallman solicitó la asesoría legal de Moglen para un asunto privado. Moglen, quién trabajaba entonces con el experto en encripción Phillip Zimmerman durante las batallas legales de este contra la Administración de Seguridad Nacional, dice que se sintió halagado con la solicitud. "Le dije que usaba Emacs todos los días de mi vida, y que sería necesario mucho trabajo legal de mi parte para pagar la deuda."

Desde entonces Moglen, tal vez más que ningún otro individuo, ha tenido la oportunidad de observar como la filosofía hacker de Stallman se hace presente en el ámbito legal. Moglen dice que las formas en que Stallman se acerca a los códigos legales y al código del software son, en su mayor parte, similares. "Debo decir que, como abogado, pensar que lo que hay que hacer con un documento es corregir todos los errores (bugs) no tiene mucho sentido", dice Moglen. "Hay incertidumbre en todo proceso legal, y lo que la mayoría de los abogados quiere hacer es obtener para su cliente los beneficios de esa incertidumbre. El objetivo de Richard es completamente opuesto. Su meta es eliminar la incertidumbre, lo que es inherentemente imposible. Es inherentemente imposible escribir una licencia que controle todas las circunstancias de todos los sistemas legales de todo el mundo. Pero si quisiera intentarlo debería intentarlo en la manera en que Richard lo hace. La elegancia resultante, junto con la simplicidad de diseño del producto, casi logran lo que hay que lograr. Y de allí un poco de trabajo legal puede llevar muy lejos."

Como la persona encargada de llevar el ideario de Stallman, Moglen comprende la frustración de los aliados potenciales. "Richard es un hombre que no quiere comprometer asuntos que el considera fundamentales", dice Moglen, "y no toma a la ligera los cambios de las palabras o incluso la búsqueda de ambigüedad artística, que la sociedad requiere frecuentemente de gran cantidad de gente".

Como la Fundación para el Software Libre no ha querido hacer presencia en asuntos por fuera del desarrollo de GNU y de hacer cumplir la GPL, Moglen ha dedicado su energía sobrante a ayudar a la Electronic Frontier Foundation (Fundación para la Frontera Electrónica), una organización que proporciona soporte legal a personas que deben defenderse contra las leyes de derechos de autor, como Dmitri Skylarov. En el año 2000, Moglen también se desempeño como asesor legal directo de un grupo de hackers que fueron procesados por hacer circular el programa de desencripción de DVD llamado deCSS. A pesar del silencio de su cliente principal en ambos casos, Moglen ha aprendido a apreciar el valor de la terquedad de Stallman. "Han habido ocasiones durante estos años en que he ido donde Richard para decirle `Tenemos que hacer esto. Tenemos que hacer aquello. Aquí tenemos la situación estratégica. He aquí la siguiente movida. Esto es lo que tenemos que hacer.' Y la respuesta de Richard siempre ha sido, `No tenemos que hacer nada.' Sólo espera. Lo que deba hacerse se hará."

"¿Y saben qué?" agrega Moglen. "Generalmente, ha estado en lo cierto."

Este tipo de comentarios contradicen lo que Stallman dice de si mismo: "Yo no soy bueno para jugar juegos", dice Stallman, dirigiéndose a sus múltiples críticos ocultos que lo ven como un hábil estratega. "No soy bueno para mirar hacía adelante y anticipar lo que alguien mas va a hacer. Mi manera de hacer las cosas siempre ha sido concentrarme en los cimientos, decir `Hagamos los cimientos tan fuertes como podamos hacerlos.'"

La popularidad cada vez mayor de la licencia GPL y su continua fuerza gravitacional son los mejores homenajes a los cimientos creados por Stallman y sus colegas de GNU. Aunque ya no puede llamarse a si mismo "el último hacker verdadero", Stallman puede sin embargo, tomar todo el crédito por la construcción del marco ético del movimiento del software libre. Que los otros programadores modernos se sientan o no confortables trabajando dentro de ese marco, es inmaterial. El hecho de que exista una opción es el legado más grande de Stallman.

Discutir el legado de Stallman en este punto parece un poco prematuro. Stallman, de 48 años en el momento en que se escriben estas líneas, aún tiene varios años para aumentar o disminuir ese legado. De cualquier manera, la naturaleza automática de la conducción del movimiento de software libre hace que sea tentador examinar la vida de Stallman por fuera de las batallas del día a día de la industria del software, y dentro de un marco más histórico.

Para su propio crédito, Stallman rehusa todas las oportunidades para especular. "Nunca he sido capaz de diseñar planes acerca que como será el futuro", dice Stallman, ofreciendo su propio epitafio anticipado. "Yo simplemente dije `Voy a pelear. ¿Quién sabe dónde llegaré?'"

No hay ninguna duda de que, en el proceso de cazar peleas, Stallman ha alienado a quienes de otra manera podrían haber sido sus más grandes paladines. También es un testamento a su entereza ética el que incluso sus opositores políticos de antaño aún puedan decir un par de cosas positivas acerca de él cuando son presionados. La tensión entre Stallman el ideólogo y Stallman el genio hacker, sin embargo, lleva a un biógrafo a pensar: ¿Cómo verá la gente a Stallman cuando la propia personalidad de Stallman no este allí para interponerse el camino?

En los borradores iniciales de este libro, yo llamé a esta pregunta la pregunta "de los 100 años". Esperando estimular una visión objetiva de Stallman y de su trabajo, le solicité a varias luminarias de la industria del software que se sacarán a si mismos del marco temporal actual y se pusieran en la posición de un historiador mirando hacía atrás al movimiento del software libre dentro de 100 años. Desde esa perspectiva es fácil observar similitudes entre Stallman y aquellos americanos del pasado, que aunque fueron marginalmente importantes durante su vida, han adquirido una importancia histórica, en relación a su época. Las comparaciones más simples incluyen a Henry David Thoreau, filósofo trascendentalista y autor de [Sobre la Desobediencia Civil], y a John Muir, fundador del Club Sierra y padre del movimiento ambientalista moderno. También es fácil ver las similitudes con hombres como William Jennings Bryan, conocido como "El Gran Comunero", líder del movimiento populista, enemigo de los monopolios, y un hombre que, a pesar de haber sido poderoso, parece haber caido en la insignificancia histórica.

A pesar de no ser la primera persona en ver el software como propiedad pública, Stallman tiene garantizado un pie de página en libros de historia futuros gracias a la GPL. Sabiendo eso, parece necesario dar un paso atrás y examinar el legado de Richard Stallman por fuera del marco temporal actual. ¿La GPL será algo que los programadores de software usarán en el año 2102, o será algo que ya habrá sido dejado a un lado mucho tiempo atrás? ¿Será el término "software libre" visto como algo tan anticuado como lo es hoy "plata libre" o será visto como una premonición a la luz de los eventos políticos posteriores? [2]

La predicción del futuro es un deporte arriesgado, pero la mayoría de las personas, cuando les fue formulada la pregunta, parecían listos a contestar. "Dentro de cien años, Richard y unas pocas personas más van a merecer mucho más que una nota de pie de página", dice Moglen. "Van a ser considerados como la línea principal de la historia."

Las "pocas personas más" que Moglen postula para capítulos de libros de texto del futuro incluyen a John Gilmore, asesor de Stallman con la GPL y futuro fundador de la Electronic Frontier Foundation, y Theodor Hol Nelson, también conocido como Ted Nelson, autor del libro [Literary Machines] (Máquinas Literales). Moglen dice que Stallman, Nelson, y Gilmore se destacan, cada uno en su campo como figuras históricas de importancia. Le da crédito a Nelson, conocido por haber acuñado el término "hipertexto", por haber identificado el dilema de la propiedad de la información en la Era Digital. Gilmore y Stallman, a su vez, reciben el crédito por haber identificado los efectos políticos negativos del control de la información, y por haber creado organizaciones --la Fundación para la Frontera Electrónica en el caso de Gilmore y la Fundación para el Software Libre en el caso de Stallman-- para contrarrestar estos efectos. De los dos, sin embargo, Moglen ve las actividades de Stallman como más personales y de una naturaleza menos política.

"Richard fue único porqué para él las implicaciones éticas del software no libre fueron particularmente claras en un momento muy temprano", dice Moglen. "Esto tiene mucho que ver con la personalidad de Richard, a la que muchas personas, al escribir acerca de él, intentarán tratar como epifenómenal, o incluso, como una desventaja en el proyecto de vida de Richard Stallman."

Gilmore, quién describe su inclusión entre el errático Nelson y el irascible Stallman como un "honor ambiguo", secunda sin embargo el argumento de Moglen. Gilmore escribe:

Mi predicción es que los escritos de Stallman se mantendrán tan bien como lo han hecho los de Thomas Jefferson; él es un escritor bastante claro, y también es claro en sus principios … El que Richard llegue a ser tan influyente como Jefferson dependerá de si las abstracciones que nosotros llamamos "derechos civiles" terminan siendo más importantes dentro de cien años que las abstracciones que llamamos "software" o "restricciones técnicamente impuestas".

Otro elemento del legado de Stallman que no debe ser pasado por alto, es el modelo de desarrollo colaborativo de software en el que el Proyecto GNU fue pionero. A pesar de tener sus fallas de cuando en cuando, el modelo ha sido capaz de evolucionar para convertirse en un estándar dentro de la industria del desarrollo del software. Teniendo todo eso en cuenta, dice Gilmore, este modelo de desarrollo colaborativo puede terminar siendo incluso más importante que el proyecto GNU, la licencia GPL, o cualquier programa de software particular desarrollado por Stallman:

Antes de que existiera Internet, era bastante difícil colaborar a distancia en el desarrollo de software, incluso entre equipos que se conocen y confían el uno en el otro. Richard fue pionero en el modelo colaborativo de desarrollo de software, particularmente en aquel desarrollado por voluntarios desorganizados que rara vez se reunen unos con otros. Richard no construyó ninguna de las herramientas básicas para hacer esto (el protocolo TCP, las listas de correo, diff y patch, los archivos tar, RCS, CVS o CVS-remoto), pero utilizó aquellas que estaban disponibles para formar grupos sociales de programadores que pudieran colaborar efectivamente.

Lawrence Lessig, profesor de leyes en Stanford y autor del libro, [The Future of Ideas] (El Futuro de las ideas), publicado en el 2001 es igualmente bullish. Al igual que muchos eruditos en el área legal, Lessig ve la GPL como un terraplen que protege la llamada "comuna digital", la enorme aglomeración de programas de software en poder de la comunidad, y estándares de redes y telecomunicaciones que han impulsado el crecimiento exponencial de Internet durante las últimas tres décadas. En vez de conectar a Stallman con otros pioneros de Internet, hombres como Vannevar Bush, Vinton Cerf, y J.C.R. Licklider, quienes convencieron a otros de entender la tecnología de computadores a una escala más amplia, Lessig ve el impacto de Stallman como algo más personal e introspectivo; en última instancia, como algo único:

[Stallman] cambio el debate de "es" a "debería". Hizo ver a la gente lo mucho que había en juego, y construyó un medio para llevar estos ideales adelante… No se realmente cómo ubicarlo en el contexto de Cerf o Licklider. La innovación es distinta. No es sólo acerca de cierto tipo de código, o de permitir la Internet. [Es] mucho más acerca de hacer que la gente vea el valor de un cierto tipo de Internet. No creo que haya nadie más en ese campo, antes o después.

No todo el mundo ve el legado de Stallman inscrito en piedra, por supuesto. Eric Raymond, el proponente de open source que siente que el papel de liderazgo de Stallman ha disminuido significativamente desde 1996, ve señales ambiguas cuando contempla la bola de cristal del año 2102:

Creó que los artefactos de Stallman (la GPL, Emacs, GCC) serán vistos como obras revolucionarias, como piedras angulares del mundo de la información. Creó que la historia será menos benevolente con algunas de las teorías a partir de las cuáles RMS trabajó, y nada benevolente con su tendencia personal hacía un comportamiento territorrialista, de líder sectario.

Stallman mismo, a su vez, ve señales ambiguas:

Lo que la historia diga acerca del Proyecto GNU, dentro de veinte años, dependerá de quién gane la batalla de la libertad para usar el conocimiento público. Si perdemos, será sólo una nota al pie. Si ganamos, no esta garantizado que la gente conozca el papel del sistema operativo GNU --si piensan que el sistema es "Linux", entonces se habrán construido una imagen falsa de lo que sucedió y por qué. Pero incluso si ganamos, la historia que la gente aprenderá dentro de 100 años muy posiblemente dependa de quien domine en la escena política.

En busca de su propia analogía con el siglo diecinueve, Stallman trae a colación la figura de John Brown, el abolicionista militante visto como un héroe a un lado de la línea Mason Dixon y como un orate al otro. [3]

La revuelta de esclavos de John Brown nunca adquirió fuerza, pero durante el juicio subsiguiente él despertó un clamor nacional en pro de la abolición. Durante la Guerra Civil, John Brown era un héroe; 100 años después, y durante la mayoría del siglo veinte, los textos de historia aún enseñaban que estaba loco. Durante la era de segregación legal, cuándo la intolerancia era absurda, los Estados Unidos aceptaron parcialmente la historia que el Sur deseaba contar de si mismo, y los libros de historia decían muchas cosas falsas acerca de la Guerra Civil y los eventos relacionados con ella.

Ese tipo de comparaciones documentan tanto la naturaleza periférica autopercibida del trabajo actual de Stallman, como la naturaleza binaria de su reputación actual. Es difícil imaginarse la reputación de Stallman cayendo a los niveles de infamia a los que cayó la de Brown durante el periodo que siguió a la Reconstrucción. A pesar de ello y de que Stallman, con excepción de las analogías de guerra ocasionales, ha hecho muy poco para inspirar violencia, es fácil imaginar un futuro en el que las ideas de Stallman terminan entre las cenizas. Al convertir la causa del software libre no en un movimiento masivo sino en una colección de batallas privadas contra la fuerza de las tentaciones propietarias, Stallman ha creado una situación imposible de ganar, especialmente para los muchos acólitos con el mismo caracter terco.

Considerándolo de nuevo, puede que ese mismo caracter algún día sea considerado como el legado más duradero de Stallman. Moglen, un observador cercano durante la última década, advierte a aquellos que piensan que la personalidad de Stallman es contraproducente o epifenomenal a los "artefactos" de la vida de Stallman. Sin esa personalidad, dice Moglen, habría muy pocos de esos preciosos artefactos. Citando a Moglen, un antiguo ayudante de la Corte Suprema:

Mire, el hombre más grande para el que he trabajado fue Thurgood Marshall. Yo sabía lo que lo hacía un buen hombre. Sabía porqué había sido capaz de cambiar el mundo de la manera en que podía. Estaría aventurando demasiado si tratara de hacer una comparación, porqué no podrían ser más distintos. Thurgood Marshall era un hombre en sociedad, representando una sociedad marginada dentro de la sociedad que lo rodeaba, pero aún así, un hombre en sociedad. Sus habilidades eran habilidades sociales. Pero era todo en una pieza, igual que Stallman. A pesar de ser tan diferentes en todos los demás aspectos, la persona con la que más comparo a Thurgood Marshall en ese aspecto, en ser todo de una pieza, compacto, hecho de la sustancia de la que están hechas las estrellas, es Stallman.

En un intento por afianzar esa imagen, Moglen se inspira en un momento que compartieron en la primavera del año 2000. El éxito de la salida a la bolsa de VA Linux aún resonaba en los medios de negocios, y media docena de asuntos relacionados con el software libre se movían entre los medios. Rodeado por un huracán de historias y de situaciones que necesitaban un comentario, Moglen recuerda haberse sentado a almorzar con Stallman sintiéndose como un naúfrago en el ojo de la tormenta. Durante la siguiente hora, según dice él, la conversación giró calmadamente alrededor de un único tema: reforzar la GPL.

"Estabamos allí sentados hablando sobre lo que íbamos a hacer respecto a ciertos problemas en Europa Oriental y sobre lo que haríamos cuando el problema de la propiedad del contenido comenzara a amenazar al software libre", recuerda Moglen. "A medida que hablábamos, pense brevemente acerca del cuadro que veían los transeuntes que pasaban. He aquí, dos pequeños anarquistas barbados, conspirando y planeando los pasos a seguir. Y, por supuesto, Richard arrancando los nudos de su cabello, dejándolos caer en la sopa y comportándose de la manera de siempre. Cualquiera que escuchara nuestra conversación habría pensado que estábamos locos, pero yo sabía: Yo sabía que la revolución estaba allí, en esa mesa. Eso es lo que hace que ocurra. Y ese hombre es la persona haciéndolo ocurrir."

Moglen dice que el momento, más que cualquier otro, le hizo comprender la simplicidad elemental del estilo de Stallman.

"Fue gracioso", recuerda Moglen. "Yo le dije a él, `Richard, tú sabes que tú y yo somos los dos tipos que no ganamos dinero con esta revolución.' Y luego pagué el almuerzo porqué yo sabía que el no tenía el dinero para hacerlo.'"

Notas

[1]

Ver Marco Boerries, entrevista con el autor (Julio, 2000).

[2]

El término Free Silver se refiere a uno de los estandartes de campaña de Jennings en las presidenciales de 1896. La idea del demócrata era abandonar el patrón oro, que mantenía los precios bajos y la inflación controlada, para pasar a respaldar los dólares emitidos por el gobierno con plata, lo que, según Jennings, redundaría en beneficios para los granjeros, que recibirían mas dinero por sus cosechas. (Nota del traductor)

[3]

La línea Mason Dixon era considerada la frontera entre los estados esclavistas y los abolicionistas durante la Guerra de Secesión estadounidense.